martes, 22 de septiembre de 2009

Drake





1º Parte

Hubo un tiempo en el cual palabras como “Libertad y Fraternidad” definían los principios inalienables de Montaigne. Cuando los mosqueteros eran los amigos del rey, al servicio del pueblo. Pero todo tiempo tiene un fin, y el fin de esa edad de oro, joya de la libertad individual, el trabajo en conjunto y la defensa de los valores, había arribado a su peor decadencia con el imperio de Leon Alexandre du Montaigne alias “El Rey Sol” o “L’Empereur”.

En los últimos años el pueblo montaignes vivía en condiciones infrahumanas, donde los ricos eran extremadamente ricos y los pobres estaban sumidos en la peor de las miserias. El Rey organizaba fiestas exquisitas y exóticas, mientras los mendigos se apilaban a las puertas de Palacio bregando por unas verduras, un pedazo de carne, alimento. Charousse era la ciudad del esplendor, pero también la de desidia.

Esta situación no había sido siempre así. En otrora tiempo de bonanza, un grupo de Caballeros había organizado numerosas casas para albergar al pueblo, instruirlo y darle la posibilidad de seguir adelante. Con oro más allá del concebido por naciones, incluso, este grupo, la Orden de los Caballeros Mendicantes del Temple, fue el motor de un gran crecimiento en toda la nación. Pero dado su poder, su influencia, y principalmente sus riquezas, la Orden fue condenada a la hoguera por los delitos de sedición y conspiración, excusas inventadas para intentar justificar la destrucción de una facción que contaba con más adeptos que la Corona.

Es aquí donde comienza la historia de nuestro héroe. Just Michel fue nacido bajo el signo de la noble casa du Gloyre, familia que desciende de Bastión el fundador de los otrora Caballeros Mendicantes del Temple. La infancia del joven Just se desarrolla en sus campos altos de la provincia Du Gloyre, por orden de su padre el cual desea preservarle de toda la locura de la corte y la urbe. Aunque no con mucho dinero, ya que por su histórica relación con los Caballeros Mendicantes la familia fue despojada de gran parte de sus tierras y riquezas, su infancia es bastante feliz y desde pequeño traba una amistad inseparable con el pequeño Marc Mondego, hijo del Duque Mondego medico real y propietario de una de las fincas mas grandes de Montaigne cuya riqueza en gran medida se incrementa con el ascenso de L’empereur Leon al poder.
El pequeño Marc siempre fue un niño muy tímido e introvertido, podría decirse que en esos días Just fue su amigo y la única persona a la cual tenía para jugar y conversar. Al crecer ambos tuvieron el placer de asistir a la misma escuela y pero no a la misma universidad. Just fue enviado a Castilla, pero mientras estudiaba y se formaba mantenía correspondencia constante con su mejor amigo. En sus cartas, siempre comentaban la posibilidad de embarcarse juntos en la reconstrucción de su amada Montaigne, el lugar que fuera llamado “El Centro del Mundo“, hogar de la belleza, la cultura, el glamour, el heroísmo y la libertad, y que hoy por hoy era una nación superficial, hedonista, hipócrita y viciosa, donde la nobleza despilfarraba oro y riquezas mientras sus trabajadores morían de hambruna y agotamiento.

La educación de Just fue sobria y trabó amistad con varios nobles, en especial con Alonso García de Torres, quién a la larga sería uno de sus amigos más preciados y gran confidente. También entabló buenos tratos con el príncipe heredero de la corona castellana, Javier Aldana de Sandoval. Fueron pocos años los que estuvo Just viviendo en Castilla, pero el férreo estudio y la disciplina que él mismo se impuso, le permitieron salir adelante en su formación.

En Montaigne, no obstante, algunos todavía seguían luchando por una nación más justa. El Juez Edmond Michel du Gloyre, padre de Just, continuaba siendo uno de los intelectuales mas respetados de Montaigne en el tema Leyes, lo cual a su vez lo convierte en un potencial enemigo del estado a causa de su rectitud, honestidad y humanidad... cualidades mas que odiadas por el actual gobierno. Además, el juez, formaba parte de un grupo de librepensadores que buscaban la forma de reinstaurar un formato similar a las casas de la Orden del Temple, que dieron tan buenos resultados en sus tiempos, enseñando a la gente a cultivar, a forjar, a desarrollar tareas para reconstruir al menos sus bases.

Cuando Just vuelve, el más feliz reencuentro es con el hombre al que él llama hermano: Marc. La vida vuelve a sus carriles, Just se deja embeber por la Corte mientras que su padre intenta llevarlo por otros caminos.

Debido a su elegancia y gallardía, Just y Marc se convierten en dos de los posibles prospectos y partidos de varias damas de la corte mointagnesa. Pero en ese entonces la vida era pura juerga y diversión, y ninguno de los dos hubiese pensado jamás que una mujer fuera interponerse entre tan buenos amigos. Sin embargo la vida les demostraría que las cosas no son tan simples, y que algunas de las verdades que uno considera inamovibles, son en realidad puro movimiento.

La familia Michel du Gloyre recibe una invitación del mismo Empereur para acudir a una de sus rimbombantes fiestas en la cual se dará la bienvenida a Doña Lucia Aldana de Gallegos, noble castellana cuya intención es desmentir los rumores circundantes en las distintas cortes del mundo acerca de una invasión de Montaigne a Castilla. Dicha fiesta es asistida por los Mondego, los Michel du Gloyre y el resto de las nobles casas de Montaigne.

Al conocer a Lucia, tanto Just como Marc y el resto de los presentes quedan fascinados ante la pasión del fuego castellano de Lucia. En esa semana de estadía, la castellana recibe decenas de propuestas para lo que parecería ser un conveniente matrimonio que pondría fin a los rumores sobre la invasión. Es por ese motivo que Lucia decide quedarse y sellar con su matrimonio la paz para ambas naciones.

Mientras esto acontece, el juez continúa investigando un posible ataque al grupo de librepensadores del que él forma parte y descubre un insondable programa de asesinatos, conspiraciones y traición que implica a varias familias de la nobleza, encargadas de mantener el orden como sea necesario en la nación. A L’Empereur no le interesa que nadie más que él se granjee a su pueblo.

De vuelta con Lucia, después de haber estudiado todas las propuestas de casamiento, la joven anuncia que le quedan tan solo dos entre las cuales deberá decidir en las próximas semanas para sus nupcias venideras.

Pero el alma castellana de Lucia resulta indomable, por lo que la joven emprende sus deliciosas fugas nocturnas en las cuales visita a escondidas a cada uno de sus pretendientes, pero en especial a uno, el cual la intriga profundamente. No es otro que Just Michel du Gloyre, quien se ve sorprendido por esa hermosa y exótica mujer que golpea las puertas de su ventana noche tras noche. De esta manera Lucia le muestra un mundo nuevo a su querido pretendiente, es el mundo de la pasión mas allá del acartonamiento de la corte, del arte que se encara con el alma, y la belleza de la poesía castellana en sus propias palabras ardientes.
Más allá de todo, la educación de Just es principalmente montaignesa, y según esta es mas importante “parecer” que “ser”, es mas importante como se dice algo que lo que se dice en sí. Lucia le enseña, y le recuerda también, el valor de la verdad, de la honestidad, de pensar en el prójimo, del deber de la nobleza para con el país además de la juerga y la fiesta.
Inmediatamente ambos caen enamorados y un par de días después Lucia anuncia su compromiso con Just. Los dos celebran una hermosa boda en la cual Just elige de padrino a su inseparable hermano del alma que no es otro que Marc Mondego. Ambos esposo y esposa parten hacia una luna de miel hermosa en Vodacce.

Mientras tanto el Juez Michel du Gloyre continua su investigación y llega a inquietantes resultados. Los encargados de eliminar toda oposición no son otros que una de las principales familias de la nobleza, los Mondego. Esta familia es encargada de la falsificación de evidencias, cárceles secretas, campos de concentración, ejecuciones, todo lo que sea necesario para destruir toda oposición sana al Rey.

El juez Michel du Gloyre decide coordinar una reunión con sus aliados para ver la forma de evitar caer en esta conjura, y a su vez derribar a los Mondego mediante la justicia. El Rey podría influir, sí, pero la Justicia debía ser ciega y llevar la verdad. Presionado, Leon debería actuar bajo las leyes. Al menos así lo consideraba el juez. Una semana después su querido hijo Just regresa con Lucia Aldana de su adorada luna de miel. Al llegar a casa, Just encuentra a uno de los mensajeros reales del Empereur en su hogar con un sobre el cual ora que junto con Marc deberán partir cuanto antes a Castilla en calidad de diplomáticos para ver al Príncipe Javier Aldana de Sandoval, regente de Castilla y único heredero al trono además de primo de su adorada Lucia. El pedido es el de diluir las supuestas paranoias de Javier acerca de una posible invasión de Montaigne a Castilla. Por ser el esposo de la prima del príncipe y por sus años de formación en la nación vecina, es que el Empereur pide a Just que emprenda el viaje, pero insiste en la estancia de Lucia en Montaigne como signo de buena voluntad respecto al Imperio. Antes de partir Lucia le entrega a Just su crucifijo plateado, señal de gracia de la familia Aldana para cuando este concurra a ver a su primo Javier.

Marc y Just emprenden su viaje hacia Castilla donde se encuentran con el viejo conocido de Just, un inusual príncipe que resulta ser el opuesto exacto del Empereur, con ideas liberales rebosantes de conciencia social y criticas al sistema de propiedad feudal. Es un verdadero librepensador, al igual que Just y su padre.

El encuentro con los embajadores montaigneses no se produce sin menores incidentes y rispidez ante la soberbia del príncipe y sus afirmaciones de lo que el dice será una “Inminente invasión a Castilla”. Las negociaciones no resultan, más allá de la buena voluntad de Just y Javier, y terminan en el fracaso. Just y Marc solo deciden quedarse unos días más para visitar a la familia imperial Aldana y darles los saludos de Lucia.

Al tiempo que todo esto ocurre, las sombras comienzan a ponerse en movimiento...

Dos días después de la última reunión con los diplomáticos, se publica la noticia de la misteriosa desaparición del príncipe Javier Aldana. Ante esto Marc recomienda a su amigo emprender el retorno inmediato a su patria, esa misma noche ambos hacen sus equipajes y se dirigen directamente al puerto de Castilla llamado “La Boca de Dios”, en el camino son interceptados por lo que parece ser una panda de ladrones pero los dos logran escapar a los callejones mas estrechos y oscuros de Castilla.

En Montaigne, al mismo tiempo, en medio de lo que parece ser un simple paseo, el juez Edmund recibe cinco tiros en el pecho y espalda, cayendo muerto al instante. Todas sus pertenecías y efectos son sustraídos de sus aposentos y de sí mismo, quedando tan sólo un cadáver desnudo ante el frío cortante del horror del asesinato. Su casa es saqueada en busca de los nombres de la oposición a la Corona. Leon no va a tolerar que nadie se meta en su patio. Y su perro guardián, los Mondego, serán sus ejecutores.

También en Castilla la oscuridad continúa su curso, de una manera casi omnipresente. Tanto Marc como Just se refugian en los sucios callejones del puerto, donde son sorprendidos nuevamente, pero esta vez no por ladrones. Los hombres que los rodean, están vestidos con ropas finas de seda y terciopelo, con un diseño montaignes inconfundible. Todos rodean a Just, uno de ellos desenvaina una daga y ambos rivales se abalanzan como si fueran dos tigres. En un movimiento entre fortuito y magistral Just logra desviar la trayectoria de la cuchillada, y asesta un terrible golpe al estomago del hombre que cae doblado y suelta el arma; pero al intentar recogerla Just siente como la picadura de una avispa en sus costillas, y se encuentra con la daga de otro de sus captores incrustada aun costado de su estomago; su vista se hace borrosa mientras cae de rodillas y es entonces cuando todos los hombres se arrojan al unísono descargando golpe tras golpe al rostro y a todo el cuerpo de su victima...

Los cinco hombres se hacen a un lado, dejando a la vista el cuerpo sangrante y aún gimiente de lo que alguna vez había sido Just Michel du Gloyre...
El pobre montaignes desahuciado abre sus ojos como con todo el peso del dolor de sus párpados y tan solo atina a levantar su mano pidiendo ayuda en dirección a Marc, el cual en un rincón inmerso en las sombras después de haber presenciado todo el espectáculo avanza unos pasos. Just apenas puede articular un sonido, un gemido en busca de piedad, la cual le había sido denegada...
Marc se adelanta unos pasos mas, su rostro se articulaba entre estoico y apesadumbrado...
- Lo siento mucho mi amigo... de veras lo siento... –dice en voz baja y entrecortada– Desde pequeño tu lo has tenido todo... y yo nada...
Just apenas podía escucharlo, mientras sentía las gotas de sudor conjugándose con las de sangre cayendo por rostro...
- Si yo hubiera sido el hijo de tu padre, y no de esa bestia que me procreo. Si hubiera hecho caso a las advertencias de mi madre cuando me dijo que no deseara la mujer del prójimo... –continua diciéndole mientras al arrodillarse ante su amigo– Y si Lucia no me hubiera descartado en la semana anterior a tu compromiso; estoy seguro que las cosas hubieran sido de otra manera...

Marc vuelve a ponerse de pie y retrocede varios pasos sumiéndose de vuelta en aquel rincón de sombras, mientras otro de sus hombres saca una arma, y apuntando directo al pecho de Just abre fuego a sangre fría y sin el mas mínimo miramiento.
Entonces el cuerpo del que alguna vez hubiera sido su amigo Just cae inerte, todavía desangrándose...
- Lo mejor es que os vayais de aquí cuanto antes, señor – le dice uno de los asesinos a su protegido – Su padre le ha reservado una embarcación para sacaros rápidamente de aquí.
Marc logra asomar del trance en el que la muerte de su amigo lo había sumido...
- Nos ocuparemos de su cuerpo... ya nunca mas a volverá a verlo...
Todos hicieron un profundo silencio y uno de ellos avanza firme...
- Que Theus lo proteja, porque ya no habita el mundo de los vivos...


2º Parte

Oscuridad... aspereza... humedad...
“Si yo hubiera sido hijo de tu padre...” resonaban las palabras “en vez de la bestia que me procreo”
El olor a madera húmeda y podrida se conjugaba en sus pensamientos.
“Si Lucia no me hubiese rechazado, una semana antes de tu compromiso...” resonaba esa voz.
“Entonces estoy seguro que las cosas hubieran sido de otra manera” y un estruendo ensordecedor retumbaba en su cabeza...

“... Nosotros nos desharemos del cuerpo...”

De esta forma Just Michel du Gloyre abrió sus ojos, encontrándose solo y desorientado en el medio de la nada...
Poco a poco comenzó a moverse después de un rato; empezó por sus piernas y sus brazos que eran los más acalambrados. Comenzó a sentir como su jaula de tela cedía ante el movimiento, y luego percibió algo de sonido y luz cerca de donde estaba recostado. Primero estiró sus brazos hacia fuera de la jaula, luego su rostro y luego el resto de su cuerpo.

Just se descubre a si mismo estando en algún sótano oscuro dentro de una bolsa de tela gruesa junto a y una pila de hombres encadenados. Nota aberturas con pequeños tapujos de agua entrando en los listones de madera que conforman las paredes; el olor a la humedad del océano junto con el movimiento de la habitación es inconfundible...
- Un barco, estoy en un barco- se dice a sí mismo, pero entonces recuerda las imágenes del callejón; sus captores torturándolo explican el tremendo dolor que siente en su rostro y en todo el cuerpo. El sonido de ese tiro retumbando en sus oídos es algo que lo ha dejado marcado para siempre junto con la sensación del impacto en el pecho. ¿Es que acaso voy rumbo al otro mundo?

Al abrir la camisa, Just encuentra la explicación al ver el crucifijo de Lucia todo retorcido con la bala de sus asesinos incrustada en él. Rápidamente el joven montaignes se deshace de la bolsa y siente su tremenda debilidad producto de no haber comido o bebido en tal vez días. Casi no puede sostenerse, por lo que se arrastra hasta llegar al resto de los prisioneros, con quienes intenta establecer un diálogo en vano.
Un rato mas tarde, otra presencia logra ingresar al sótano del extraño barco, habla una lengua inentendible, y al ver a Just sin cadenas decide azotarlo para luego encadenarlo a la pared con los demás prisioneros.
Así es como transcurre el viaje. Solo le dan de comer un repugnante engrudo con gusto a cenizas.
Al encallar el barco, después de mucho tiempo, Just vuelve a ver la luz del sol, en una extraña arquitectura que lo rodea con gente color ébano y las marcas del segundo profeta. Lo único que puede ver mientras lo transportan encadenado en una carreta junto con otros más, tal cual fueran un costal de huesos, es un acantilado con una enorme y extraña construcción similar a las que había visto en las pinturas de sus libros, aunque no puede recordar de donde. No había pasto, solo tierra seca, piedra y polvo. Si hasta la propia construcción donde lo estaban llevando parecía hecha de arena.
Pronto Just se da cuenta que esa enorme y cuasi abandonada construcción es nada mas y nada menos que un enorme calabozo perdido en un algún lugar del mundo, enclavada en un acantilado con salida al mar.

El joven Montaignes es llevado entonces hasta los sótanos más profundos y oscuros de la cárcel. Allí comienzan a pasar nuevamente los días, las semanas y los meses, sin tener novedad alguna de si era de noche o de día. Lo único que puede ver es el plato de comida nauseabunda que le pasan por una de aberturas inferiores de la celda de roca cruda en la que se encuentra.
Las horas parecen inacabables y dejan de hacerse distinguibles de los días y los meses; lo único que Just puede escuchar son sus propios pensamientos buscando una explicación a todo lo ocurrido. Sólo existe el odio en su ser. La venganza.

Es en una noche sin embargo, o tal vez en un día... que un extraño ruido comienza a resonar en las paredes de la celda, pequeños golpes se escuchan de manera tal que Just se despierta y comienza apoyar su oído en la pared.

En una de las paredes el polvo empieza a caer y comienza a dibujarse un agujero en la pared. De allí emerge un anciano con una enorme y desprolija barba tal como la que ha comenzado a crecer en el rostro de Just. Al entrar el anciano, el joven reconoce en la mano de su huésped un anillo idéntico al que su padre usaba en el juzgado y la magistratura. Luego de intercambiar algunas palabras y retazos de frases en distintas lenguas, ambos llegan a la conclusión de provenir de la misma nación. Al presentarse, el viejo no resulta ser otro que el celebre Abate Charles de Coulmier, gran opositor al régimen del Empereur Leon Alexandre, enviado a prisión por ese mismo motivo.
Con el tiempo, el abate se da cuenta de la desolación en el rostro de Just, de que tan solo esta allí por se un alma perdida... tal como él.
El viejo comienza a enseñarle a Just su pequeña obra de ingeniera, el sistema de túneles que ha trazado a lo largo de media prisión. Just no puede creerlo, piensa que no es posible pero el Abate es un hombre de experiencia que conoce más sobre la posibilidad de lo imposible. Al mostrarle sus túneles le cuenta que ha ido cronometrando cada ronda de vigilancia de los chaperones, y cada turno de cena y almuerzo de media prisión. Obviamente y con la intención de pergeñar algún escape Just se ofrece a hacer el relevamiento de la otra mitad de la cárcel.

El abate comienza a reír a carcajadas y entonces le habla sobre la paciencia, que es lo que más se requiere en situaciones como esta ya que el relevamiento de la otra mitad de la cárcel requerirá mucho tiempo, y más tiempo aun de práctica para que ambos puedan coordinarse en sus tareas. En ese momento Just se decide a preguntar al anciano sobre su extraño anillo a lo que primeramente el anciano se muestra reticente, pero al escuchar el nombre Michel du Gloyre su actitud cambia radicalmente, y esta mas que decidido a contarle la verdad.
El, tal como el padre de Just, formaban parte de un grupo de librepensadores, hombres nobles en busca de justicia social, democracia y crecimiento: el Rilasciare. Esta célula propia databa de la era de los caballeros más famosos: Los Caballeros Mendicantes del Temple. Pero entonces la Corona montaignesa los destruyó, y luego debieron ocultarse en las sombras, tratando de llevar la justicia y el bienestar a los oprimidos. Este grupo buscaba la forma de organizar al pueblo para tratar de liberarlo de su yugo sin la violencia, pero el Rey descubrió la conjura y desarticuló a varios miembros, entre ellos el Abate.
Todos los sobrevivientes de aquellas funestas noches de fuego y dolor, después de mucho tiempo decidieron reagruparse y reformar la célula, denominada ahora “Los Caballeros Templarios”.
El abate estaba al tanto de que el juez Michel du Gloyre era uno de los integrantes de esta atalaya, encargado de investigar a las familias nobles y su implicancia con el Empereur y administrar justicia. En esa época es cuando el abate es descubierto y enviado a prisión, y con su sacrificio, ya que muchos de los otros integrantes fueron vilmente asesinados, éste se sacrifica y promete confesar si lo dejan vivir. Es confinado en esta tortura del fin del mundo hasta que confiese los demás nombres. Está de más decir que jamás lo haría; hacia ya demasiado que el Abate se encontraba allí.
Just recobra entonces algo de fuerza, se da cuenta que debe escapar de allí como sea pero el abate le insiste con la paciencia. Día tras día, noche tras noche ambos comienzan a tener encuentros furtivos en el lugar de la cárcel que alguna vez fue una biblioteca abandonada; allí Just aprende matemática, física, filosofía, literatura, se vuelve a instruir de una forma fantástica; y el abate se decide por enseñarle un extraño sistema manual-coordinativo para poder luchar con dos armas a la par. Los años transcurren, y cuando Just al fin después de mucho tiempo esta listo ambos comienzan el relevamiento completo de la cárcel. Rondas de vigilancia, turnos de cena y almuerzo, descansos de los guardias y una vez cada cuatro semanas ambos identifican la llegada de alguna clase de transporte, presumiblemente un barco que llevan abordo las bolsas de cuero con los presos muertos.
Bastantes meses más transcurren, hasta que ambos logran aceitar el mecanismo. Los dos acuerdan encontrarse en la vieja biblioteca para emprender el escape entre la última ronda de vigilancia y el turno de la cena. Efectivamente ambos llegan a destino y comienzan su escalada por los túneles de la prisión; con tan mala suerte que al tomar el túnel de biblioteca, son sorprendidos por un guardia que secretamente se encontraba allí con una prostituta.

Tanto Just como el Abate son duramente castigados, quedando este último muy mal herido como para emprender otra huida. En ese lapso de tiempo es Just el que lo cuida y lo va curando con los conocimientos aprendidos en la Universidad y los propios enseñados por el abate. El Abate decide entonces hacer su última revelación a Just: esto es el verdadero motivo de su encarcelamiento. El Abate conoce en realidad la ubicación de uno de los tesoros más maravillosos que uno pueda imaginar. Se trata de un tesoro templario llamado “El tesoro del Ermitaño” ya que en realidad se trata de todas las propiedades en oro, plata y joyas que datan desde los tiempos de las cruzadas, cuando la orden iba confiscándolos a todos los califatos ubicados camino a Tierra Santa. Acto seguido le entrega un mapa y le menciona una misteriosa isla perdida ubicada a cierta distancia de Montaigne... la isla se llama Zinedine.

Luego de este último diálogo, Just regresa a su celda y en lo que queda de la noche el abate llega a una conclusión. A la mañana siguiente Just acude nuevamente a la celda del viejo, encontrando al anciano muerto no de pero no de una enfermedad. Encuentra una nota dirigida a el, cuyo único recado es “Ahora ambos seremos libres... Por favor, venga a la Orden, venga a Montaigne...” y una laja de piedra ensangrentada.

Just no puede creerlo y no puede comprender la decisión del anciano, su tristeza no tiene final. Luego de pasar toda la tarde en la celda, escucha la cerradura de la puerta y decide ocultarse en el túnel acostumbrado. Ambos guardias conversan y meten al anciano en una bolsa de cuero.
- En dos horas partirá la embarcación murmura uno de ellos...

Just recuerda de repente, que una vez cada cuatro semanas las celdas se vaciaban de los cadáveres. Obviamente al igual que el, el genial abate había llegado a la conclusión de que en su presente estado y con la mayoría de los túneles tapados por su reciente intento de fuga, les seria imposible salir de allí a los dos nunca jamas... pero si a uno.
Era por ello que el abate había sacrificado la vida, en pos de la libertad de Just y para traspasarle su última tarea en este mundo. Just decide permanecer en la celda por el tiempo determinado y el último día arrastra la bolsa hasta su propia celda, acuesta el cadáver en su lecho cubriéndolo.
Se arrodilla ante él y le besa la frente.
- Perdón por esto... y gracias, ya que a ti te debo mi libertad... Gracias, abate. Haré nuestros sueños realidad, tu hijo vengará la afrenta a tu vida.

Aborda su túnel nuevamente y se mete dentro de la bolsa. A las tres horas siente ser cargado y llevado por los pasillos para ser depositado en algún lugar húmedo y pútrido, tal cual el barco en el cual había llegado hace tanto tiempo; las horas pasan y su tormento persistía entre las imágenes de su amada, su padre y los ojos de su amigo titilando como soles rojos en la oscuridad.

De repente siente caer el peso de su propio cuerpo libre, para luego sentir el agua colándose por las aberturas de la bolsa. Empieza a manotear como puede los cordones mientras se siente hundir en el océano y al fin el agua invade todo el morral. Rápidamente el joven escapa de la bolsa y se encuentra buceando hasta la superficie, donde al fin luego de tanto tiempo y con sus últimas fuerzas da un tremendo salto y puede ver la luz de sol una vez mas. Ve al barco de los cadáveres alejarse, y muy a lo lejos la playa que había sido su hogar durante los últimos siete años según cálculos del abate.
Just nada como puede y por el tiempo que puede ya que luego de unas horas cae inconsciente y tan solo deja que la marea lo arrastre hacia donde sea.

Al despertar se encuentra a orillas del mar en una hermosa playa de arenas blancas y agua cristalina, se mira las manos, ya no tienen cadenas así como tampoco sus pies. Como puede se pone de pie y con los ojos embebidos en lágrimas comienza a caminar. Son sus primeros pasos como hombre libre nuevamente.
- Gracias Abate... – murmura por lo bajo – Gracias...

El joven montaignes hambreado y debilitado luego de haber estado encerrado por siete años y haber flotado a la deriva por quien sabe cuanto comienza a pesar de todo a correr y a gritar desaforadamente con su cabello largo bailándole al sol.
- ¡Gracias Abate! ¡Soy Libre Abate! ¡Soy libre! – gritaba una y otra vez


3º Parte

Los primeros días en la isla fuerzan a Just a organizar su supervivencia. Con sus conocimientos logra subsistir, mientras va recorriendo la isla y familiarizándose con su entorno. En estos años que pasó en prisión logró aprender el idioma local, así que espera poder convencer a alguna tripulación que lo lleve nuevamente a sus tierras. Revisando la isla, descubre una caverna, aprovisionada, llena de objetos entre los cuales Just toma algunos: principalmente un cuchillo y una cimitarra, ropas, muchas de ellas raídas, y algunos instrumentos. En esta cueva, al parecer largo tiempo abandonada, descubre una mujer encadenada, de extraordinaria belleza. Just la reanima, la mujer, que responde el idioma de los lunares, dice llamarse Sez y no recordar su pasado. Just corta las cadenas con una lima y ambos salen de la cueva.
Así, pasan unos días dónde ambos forjan una bonita amistad, pese a que ella no puede conciliarse con su memoria. Algunos días después, Just logra divisar unos botes atrancados en la playa y un pequeño galeón a lo lejos. Delante de él se encuentra una ronda de hombres, uno de ellos en el medio, entrado en años.
Todos los hombres se quedan mirando a Just que no sabe que hacer ni que decir. Nota que uno de los hombres esta entrado en edad, no tiene cabello pero porta una abundante barba gris desde la cual asoma una hermosa pipa de roble brilloso. A sus lados reposan un hombre de extrema belleza y una joven delgada y de cabello rubio, la expresión de sus labios carnosos y prominentes denota curiosidad hacia Just.

El anciano resulta ser James Gandry, capitán de “La Dama de los Mares”, barco pirata avalones que termina en las costas de la Media Luna escapando de un navío de guerra mercante vodaccio, la muchacha es su hija y el hombre del centro es el principal aliado del Capitán, Arthur. El hombre del medio es el contramaestre del barco, acusado de traición.

Para divertirse, los piratas idean un entretenido juego: Just y el contramaestre deberán pelear uno contra otro solo con un cuchillo cada uno, el que gana se une a la tripulación y el que pierde cae muerto. Si no pelean, ambos morirán.
Just y el contramaestre, sin opción, combaten, ambos son hombres diestros, pero después de vario rato el joven logra arrebatar el arma de su oponente y el avalones queda a su merced. Sin embargo al verlo indefenso en el suelo de arena de la isla, no puede evitar el verse a sí mismo varios años atrás en la misma situación. – No soy un asesino... – exclama y lo ayuda a incorporarse – Al menos no a sangre fría.

El capitán complacido por tal acto decide reincorporar a ambos a la tripulación. Al preguntar su nombre Just simplemente responde “Santana”. Antes de partir, Just convence al Capitán de incorporar a una joven más, amiga de él al barco. Pese a los resquemores, Sez logra incorporarse al barco sin grandes dificultades. Su mente podrá no recordar su pasado, pero bien que recuerda la técnica.
El joven montaignes comienza de esta manera su nueva vida, luego de ser noble y esclavo, ahora se dedica a ser pirata. Primero se convierte en artillero, luego demuestra conocimientos de cartografía y medicina. Resulta ser un fiero guerrero en combate pero también el erudito del barco al cual todos acuden por consejos. Dos años más pasan de esta manera.
En uno de esos asaltos, Santana se destaca por rescatar a Keira, la hija del capitán con quien luego comienza una secreta relaciona amorosa, no sin antes despertar ciertos rumores y epítetos dentro de la tripulación. Al margen de esto, el montaignes se gana sin dudas la confianza de su capitán. Pero tal confianza no logra durar demasiado, ya que en el saqueo a un barco montaignes el capitán es mortalmente herido de bala y horas mas tarde cae muerto en la cubierta de su propio barco.
Luego del correspondiente funeral, con una Keira deshecha en lágrimas en su camarote y una inquieta tripulación, los marineros comienzan a deliberar. En el medio del acalorado debate y luego de múltiples intentos de motín, todos ellos reprimidos por Arthur y Sez, Santana plantea a Keira como sucesora del viejo capitán, lo cual a simple vista de los soldados parece ridículo. Ambos marinos plantean la pena de muerte para aquel que intente poner sus manos sobre la joven.

Pasados múltiples duelos y debates, al fin la Dama de los Mares tiene una proposición para Keira, quien al principio parece reacia y reticente a aceptar, pero luego de un par de semanas acude a cubierta con el viejo uniforme de su padre y comienza a dirigir a los hombres. Santana queda entonces como segundo al mando.

La relación con Keira continúa y ambos logran hacerse de cierta reputación en los mares por sus repetidos ataques a buques vodaccios y montagneses. Es así como cierta noche, les llega vía goleta las dos invitaciones para unirse a dos de las fraternidades piratas.
Una de ellas es la de los Perros Marinos y otra es la de la Fraternidad de la Costa. Si bien el barco es avalones, luego de pensarlo y deliberarlo, los piratas deciden probar suerte con la Fraternidad. El barco viaja hasta los conocidos islotes piratas conocidos como “Los Estrechos de la Sangre” donde atracan y tienen una entrevista con Alesio, segunda al mando del famoso Allende, uno de los fundadores de la Fraternidad de la Costa. Luego de esto, Santana mismo concurre a una última charla con Allende en persona, y entre toda la tripulación deciden unirse a la Fraternidad. Ahí es cuando el pasado vuelve a la vida de Just, al contemplar a su viejo amigo. Él creía ser libre, juzgaba que el Destino le había dado una nueva vida, y él gusto iba a aceptarla, pero estaba claro que los movimientos de azar no dejan puntada sin hilo. La capitana de “La Dama” decide proclamar festividad por la decisión. Sin embargo Santana se encuentra solo y cabizbajo en un rincón, es que recientemente ciertos nombres han vuelto a su memoria: Lucia, Marc...
Santana se entera de que ambos han contraído matrimonio y han tenido ya un hijo, así como de que finalmente Castilla fue invadida por Montaigne tal cual el desaparecido Príncipe Javier lo había advertido.
Es en este momento el cuál Drake confiesa a Keira que en realidad es Just. Ella se muestra muy ofendida, pero entiende al hombre que ama. No obstante, la carcomen los celos de conocer a la ex mujer de su hombre.

En su mente, acude también el recuerdo del Abate y sus enseñanzas, y la misteriosa Isla Zinedine por él mencionada. Entonces todo un plan... abandonado hacia años en la cárcel de la Media Luna comienza a pergeñarse nuevamente en la mente del pirata A la mañana siguiente y de manera resuelta Santana acude a su Capitana con la petición de un rumbo definido, ¿Destino? Zinedine.
Luego de un mes de navegar por los mares de Montaigne, al fin la misteriosa isla ausente de todos los mapas, se hace presente ante sus ojos. El lugar es realmente hermoso, con algo de bosque y playa, con un clima templado hermoso, y lo mas asombroso aun, un imponente castillo medieval que anida en su centro.
Santana y sus piratas comienzan a explorar la isla según el mapa del Abate.
Al llegar al castillo, comienzan a recorrer sus recovecos y habitaciones hasta llegar al sótano de armas, donde luego de tres o cuatro piezas más. El tesoro Templario de las Cruzadas ante sus propios ojos...
Los piratas deciden quedarse unos días en la Isla para acomodarse y decidir sobre el oro. Pero en esa misma noche en la que el debate comienza, son avisados por los vigías, de la presencia de una pequeña goleta con insignia vaticana dirigiéndose hacia ellos.

Se ve descender de ella a múltiples clérigos vaticanos, pero Santana reconoce a uno de ellos al instante. Es el hombre que en el pasado lo ha casado con su amada Lucia, amigo de su padre y ex mosquetero, el padre Didier. Éste, otro librepensador, miembro del Rilasciare, le comenta sobre la disolución de la célula de los Caballeros del Temple y su posterior reorganización. Luego de una larga charla, vino montagnes de por medio, Didier le cuenta a Santana de la muerte de su padre. Ambos se quedan conversando y se ponen de acuerdo en algo inamovible, la Corona montaignesa debe caer... solo que muchos detalles para poder perpetrar su venganza todavía no cierran en la mente de Just, ahí es precisamente donde el padre Didier saca el as de su manga...
De la manera que sea Just necesita ser reingresado en la nobleza para llevar adelante su plan pero jamas podria hacer esto bajo el apellido Michel du Gloyre. Pero si el Conde, el Conde de Zinedine.
Ante la ecléctica respuesta del párroco, Just se queda escuchando la extraña propuesta. Didier propone la invención de un nuevo personaje, el Conde de Zinedine, mediante la cual Just podrá acercarse nuevamente a sus enemigos para tenerlos bien cerca. Será gracias al Conde que Just podrá perpetrar su venganza. El plan cierra ahora perfecto y las remodelaciones a la Isla y al castillo comienzan a tomar lugar, hasta ser dejados como nuevos mientras que en las cavernas de los peñascos reposa La Dama de los Mares, ahora también involucrada en la maquiavélica venganza.

Just se mantendrá durante tiempo suficiente mientras sus aliados Rilasciare organizan la conjura. El dinero saldrá de las arcas de la Isla, y es suficiente como para comprar una nación. Esporádicamente, deberá volver a Montaigne para organizar la ¿revolución? Así haciéndose pasar por un noble, deberá buscar información y debilidades, para poder consumar su venganza.


(escribió Draften)

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